Así suenan los cientos de años impresos en los anillos de un árbol.
El artista Bartholomäus Traubeck encontró la forma de extraer la música que el tiempo y la vida que dejan en el interior de los árboles.
El artista Bartholomäus Traubeck realizó una pieza sumamente interesante que captura ese paso del tiempo y sin sacarlo de ese sentido estético que de algún modo le es inherente, lo traslada a un territorio muy específico del arte: la música. En lugar de un disco de vinilo, el tocadiscos de Traubeck utiliza una sección transversal de un tronco o tronco de árbol, utilizando la luz para traducir los diferentes colores y texturas de los anillos del árbol en notas musicales e instrumentos. Debido a que cada árbol tiene su propia configuración única de anillos, cada árbol tiene su propia “canción” única. Esencialmente, Traubeck ha creado una biblioteca potencialmente ilimitada de “registros”
Vía Cultura Inquieta
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